Cada vez que alguien dice que va a desarrollar una app para dar un servicio, un gatito muere de tristeza. Ya basta de pensar que una app lo resuelve todo. Primero dame el servicio utilizando herramientas disponibles como Whatsapp o Facebook, por email o por teléfono. Y si lo comienzo a utilizar recurrentemente, tal vez valga la pena que hagas una app. Pero ni en sueños me invites a descargar una app para un servicio que voy a utilizar de vez en cuando. Como puedes ver en el gráfico a continuación, tengo mis prioridades bien claras sobre el uso que le doy a la memoria de mi smartphone.