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El abismo - Entrepreneuras.com

Seguro te ha pasado, mi querido amigo emprendedor. Que te pones a trabajar en el modelo financiero de tu startup, abres el excel, haces cálculos objetivos de ingresos y gastos, estableces escenarios realistas donde claramente tu startup va a alcanzar el punto de equilibrio en no menos de 10 meses… Y entonces volteas a ver tu cuenta bancaria personal para darte cuenta que no te alcanza sino para vivir unos 3 meses con el dinero que tienes.

¿Y qué haces en esos casos? Lo que todo buen emprendedor haría: retocar tu escenario realista, sustituyendo hechos con intenciones, proyecciones con objetivos, y realidades con visiones de éxito y afirmaciones de librito de autoayuda. Y así le haces hasta que la magia de los números, y un poquito de mucha fe, te logran “demostrar” que tu startup alcanzará el punto de equilbrio en el 4to mes.

Y así, convencido de que los números no mienten (porque ya ni te acuerdas de dónde salieron), te lanzas al vacío de emprender como el más optimista de los psicóticos, casi siempre acompañado de un fino mantra como “a huevo que puedo” o una exquisita frase de poder como “excel me la pela, me la pelan todos, a huevo que puedo”.

Inicias lo que llamamos la travesía del desierto, un camino de más de 40 semanas con apenas provisiones para unos días (porque te gusta viajar ligero, te dices a ti mismo y a tus socios, y la incertidumbre es parte fundamental de ser emprendedor). Y más temprano que tarde, a la hora justa de hecho, llegas a ese día en que, con un poco de sorpresa y otro tanto de frustración, compruebas que tu dinero se terminó a los 3 meses según tus proyecciones originales, pero que los ingresos “proyectados” para el 4to mes aún no llegan.

A esta brecha infranqueable le llamamos “El Abismo”, y todos pasamos por allí al momento de planificar nuestra startup. La clave está en no resolverlo en el excel sino en la vida real, utilizando algunos de los trucos que hemos visto que le han funcionado a otros emprendedores, por ejemplo:

– Ser de familia rica (eso ayuda mucho).
– Recortar gastos (tus hijos siempre podrán ir a un colegio público, y todos saben que la proteína animal no es buena para el medio ambiente ni para el karma).
– No renunciar a tu trabajo real (tu jefe actual, después de todo, en el fondo, muy en el fondo, podría llegar a ser buena persona).
– Buscarte una fuente alterna de ingresos (las páginas de clasificados están llenas de masajistas y otras profesiones que parecen no competir con los horarios de oficina).
– Buscar inversores de riesgo (siempre podrás justificar que necesitas el dinero para recursos humanos, aunque seas el único empleado de tu startup).
– Volver a casa de tus padres (tu habitación de adolescente siempre te trae buenos recuerdos, tu pareja y tus hijos lo entenderán).
– Robar un banco (o tener ahorros para al menos 2 años de vida, la imaginación es el límite).

En cualquiera de los casos, lo importante es no obviar ese pequeño detalle llamado “El Abismo” al momento de hacer la proyección financiera de tu startup, so pena de caer en las estadísticas de los miles de emprendedores que a diario se dicen a sí mismos: “tuve que cerrar mi startup porque el dinero tardó en llegar un poco más de lo esperado”.

Te deseamos mucho tino, sangre fría y honestidad brutal (para contigo mismo). Y que el espíritu del excel y la cordura financiera te acompañen siempre.