Una de las cosas que más hemos disfrutado en los últimos años ha sido ver cómo la gente de Fuckup Nights ha traído a la conversación pública el tema del fracaso. Gracias a ellos, los primeros en atreverse a señalar al elefante en la habitación, muchos le hemos perdido el miedo a fracasar. Desde que ellos existen cometer errores, quebrar empresas, quedarse sin dinero, no es sólo parte fundamental del aprendizaje de cualquier emprendedor: el fracaso ahora es inevitable, deseable, y hasta gracioso de contar.
Pero de los motivos por los que fracasan las startups, hay uno que se menciona poco y casi no aparece en los informes: las estafas entre socios. Casi a diario en Latinoamérica y España nos cruzamos con gente que nos cuenta que tenía un negocio pero ya no lo tiene, y en una inmensa parte de los casos escuchamos esta lapidaria frase como corolario de la explicación del fracaso: mi socio me jodió, me robó, se fue con todo, y/o me quitó el negocio.
De hecho, es tan común esto que en nuestros procesos de incubación de startups hemos acuñado un término, los SOSPESOCIOS, y definido normas muy claras para el establecimiento de los equipos de trabajo. Y como asociarse bien es tan difícil como casarse bien, la mejor manera de explicar estos tips es con la metáfora de las relaciones de pareja:
NO FIRMES NADA ANTES DE COMENZAR A OPERAR. Cuando conoces a alguien que te gusta, lo primero que haces no es pedirle matrimonio, ¿cierto? Lo ideal es que primero le invites un café, veas si disfrutas de su compañía, luego una cena, unos drinks, bailar, luego cogen, si les gustó vuelven a coger, se mudan juntos, ven cómo es eso de la vida de pareja, y si les gusta muchísimo, se casan. Lo mismo aplica en las sociedades: todos comenzamos llenos de ilusión y cargados de expectativas sobre lo que el otro debería hacer, pero éstas no siempre se cumplen. Así que los SOSPESOCIOS deben trabajar un buen rato, entre 6 meses y 1 año, en conocerse y convencerse mutuamente de que son la decisión correcta.
REDACTA UN BUEN ACUERDO DE SOCIOS. Los acuerdos de divorcio se deben redactar y firmar al momento del matrimonio, incluso antes. Se debe aprovechar esos momentos en que todo es color de rosa, y cada parte se comportará de la mejor manera, y no esperar a tener esas discusiones cuando ya todo va mal y no se pueden ver ni en pintura. Pídele a tu abogado de confianza que redacte un buen acuerdo de socios donde se especifiquen haberes y deberes, y se condicionen los unos a los otros. En la mayoría de los casos, hacer acreedor a un socio de un porcentaje de la sociedad va vinculado a las expectativas sobre su participación en el éxito de dicha sociedad. Entonces ponlo por escrito y de la forma más objetiva y cuantificable posible. Si un socio dijo que podría vender un millón de dólares al mes, y se le dio el 40% de la sociedad por esa promesa, si no la cumple se le debe poder rebajar el porcentaje e incluso sacarle de la sociedad sin ningún problema.
SI TE VAN A JODER, LO HARÁN CON O SIN PAPELES FIRMADOS. Tal vez este es el principal consejo de este texto. Pensar que se debe formar la sociedad antes de comenzar a trabajar porque si no uno de los socios te podría joder, es como pensar que te debes casar en la primera cita porque si no tu pareja te va a poner el cuerno. Aceptémoslo, si te van a poner el cuerno, lo harán con o sin papeles firmados. Y si lo van a hacer, lo mejor es no tener ningún vínculo legal con esa otra persona. Recuerda que casarse es más fácil que divorciarse. Lo mismo aplica para las sociedades: crear una sociedad lo haces en pocos días, disolverla te puede tomar toda una vida.
Toma estos consejos de quienes han sido estafados, timados, engañados y robados anteriormente por sus socios, no sólo una sino varias veces. Aprende de estos consejos no solicitados de quienes a diario interactúan con emprendedores y se han acostumbrado a que uno de los motivos principales para el fracaso de nuestras startups es que uno de los socios, o varios, no se portaron a la altura, resultaron de moral flexible, malversaron, engañaron, estafaron y timaron a los otros, y se fueron por allí, con la frente en alto, el bolsillo lleno con tu dinero, y la conciencia tranquila como si nada hubiera pasado.
Advertido y aconsejado estás, amigo emprendedor, guerra avisada no mata soldado. No te cases hasta estar 100% seguro, y la mejor manera de asegurarte es viviendo un tiempo como si ya estuvieran casados, trabajar como si fueran socios, entonces sabrás si es la persona correcta con la que quieres pasar el resto de tus días. Ya puedes marchar en paz.
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